Uno como uno mismo. Uno como el todo. Uno en la dualidad de ser parte del todo y el todo a la vez. Pues al ser parte también se es el todo.
Uno tiene que ser la respuesta, pero la respuesta a qué? Y yo me pregunto si acaso estoy viviendo, porqué no estoy viviendo, por qué me duele, por qué me apego, porqué esto no funciona, como mejorar la vida de uno y también la de todos, si, la de todos como una gran unidad, como ese gran todo del que somos parte.
Ser nosotros mismos debiera ser la respuesta, al menos así lo creo yo. Pero qué significa realmente esta frase aprendida por repetición, esta frase que se usa hasta el cansancio pero que nadie me lo ha explicado con claridad. Así que con el tiempo he ido elaborando una idea sobre que podría significar «ser uno mismo». Yo creo que ese ser uno mismo se refiere a ser la mejor versión de uno, es transformarnos en alguien capaz de crecer constantemente, día tras día tal cual lo hace el universo en su expansión sobre si mismo. Pero lamentablemente el sistema en que (sobre)vivimos no nos permite desarrollarnos plenamente. De ahí la rabia, las frustraciones, el dolor, el odio, el sufrimiento, el sacrificio y un sin fin de cosas que nos hacen mal y nos mantienen atrapados en nuestra versión actual, una versión de sobrevivencia, truncada, herida, dañada y lista para dañar.
Transformación sin destrucción, una transformación que nos ayude a levantar el vuelo y de una vez por todas dejemos de seguir arrastrándonos.
Tal como la mariposa, antes de serlo se alimenta de si misma, del gusano que solía ser, y con tiempo, recogimiento, en soledad, se alimenta de su pasado, se alimenta de quien solía ser, se alimenta de su versión de sobrevivencia y toda esa experiencia la transforma, la transmuta, la convierte en algo completamente distinto, pero tanta maravilla no habria sido posible negando su pasado. Al contrario, es enfrentarse a si misma y, con brutal honestidad, decidir ser la mejor versión, y para eso hay que sanarse y quitarse los odios y los malos sentimientos. Porque esas amarras nos prohíben el vuelo, esas amarras nos prohíben transformarnos, así que debemos soltarlas. Esos son pesos muertos que si bien en algún momento sirvieron para sobrevivir, para vivir ya no son necesarios.
La única forma de volar es siendo la mejor versión de nosotros. No hay mayor placer que saber que eres bueno y además saber que siempre estás mejorando en todo. Cada momento se hace sublime y deseas que el resto de las personas puedan experimentar el mismo placer. Porque así debiéramos sentir la vida. Disfrutarla a concho con todos los sentidos y sin una pizca de odio o rencor o venganza o cualquier mala intención para los demás. No hay lugar para esas malas emociones que nos indican que aún nos falta por sanar. No se puede volar sin haber sanado.
Por eso esto debe ser una transformación y no una destrucción. Es una transformación de cada uno de nosotros en nuestras mejores versiones. Y si mejoramos vamos a poder ayudar en el proceso de mejora del resto de las personas.
Conversando, no imponiendo. Compartiendo y enseñando con cariño y no dando instrucciones, porque uno debe mantener la humildad del eterno estudiante, que se encuentra en eterna mejoría, en eterno crecimiento. Cada día sintiendo la alegría de saber que hoy eres mejor que ayer, y que mañana serás mejor que hoy. Y con estas mejores versiones de nosotros, todos (porque debe ser una transformación integradora) todos seremos capaces de ayudar con las transformaciones del resto de la población, comenzando recién a vivir en paz. Y debe ser una transformación, porque en ese camino, en ese cambio es que entenderemos como queremos vivir y en qué tipo de sociedad queremos transformarnos. Es la misma transformación la que nos enseñará a vivir.
No se trata de eliminar al enemigo. El enemigo es personal, es nuestra versión incompleta, nuestra versión mutilada, es nuestra versión con odio y rencor y venganza y con deseos de dañar al otro. El ser nuestra mejor versión requiere dedicación, requiere tiempo, pero tiempo libre, harto tiempo libre, de ese tiempo libre que se asocia con la flojera otorgándole un matiz negativo al valioso tiempo personal. Tiempo libre para qué se preguntarán.
El Tiempo libre es tiempo para uno mismo, es cuando uno debe tener sus conversaciones personales, para qué, para entenderse, para sanarse, para mejorarse. Tiempo para vaciarse de toda la basura , de toda esa información innecesaria que llena nuestras cabezas y no nos dejan pensar bien. Tiempo para vaciarse de todo lo que no sirve y quedarse finalmente sólo con uno mismo.
Hay que estar preparado para enfrentar la verdad. Porque es en el silencio donde podemos encontrarnos . Pero como efecto de sobrevivir en una sociedad poco honesta, ya no sabemos cómo reaccionar ante la verdad. Ya no sabemos enfrentar la realidad, y cuando choquemos con nosotros mismos va a ser un golpe bien feo y doloroso. Pero al acostumbrarse a la honestidad, al vivir en un estado de honestidad, se está mejor preparado para aceptar la realidad, no digo que no duela, lo que pasa es que uno tiene que aceptar nomás la realidad, (y ojo que la realidad es mucho mas que la superficialidad que estamos acostumbrados a ver, miramos solo la superficie y los sintomas, no vemos la realidad porque eso es algo mas profundo) la realidad no se puede negar, y por más que lo quieran no se pueden negar a ustedes mismos. Para sanarse hay que tener tiempo, estar en silencio y aceptar la verdad de cada uno, para qué? para entender porqué uno se ha convertido en la persona que se es en este momento? Y entender porqué no logramos ser la persona que queríamos ser. Nuestra mejor versión.